
Hablar de la Asociación del Fútbol Argentino (AFA) es hablar de Julio Humberto Grondona, como así también hablar de Don Julio es hablar de la AFA. Resulta impensado no referirse a uno cuando se habla del otro. Casi podría decirse que ambos nombres sabrían añadirse en el diccionario de sinónimos, o al menos en el catálogo de la jerga futbolera. Todo esto se ve acentuado con la flamante reelección que el hombre de 76 años consiguió en la 115º Asamblea Ordinaria, que lo llevará a su octavo mandato como presidente de la asociación, hasta 2011.
“La AFA es mi vida” suele decir Grondona, y con seguridad nadie podría atreverse a impugnar esta afirmación, ya que cuando se cumpla el actual mandato dentro de 4 años, el mandamás del fútbol argentino cumplirá 32 años al frente de la entidad.
Pero el hecho no termina allí, en datos estadísticos. El principal interrogante es saber cómo este hombre ha logrado mantenerse tanto tiempo en su cargo, el cual supone un poder casi absoluto de todo lo que rodea a la Nº 5. ¿Nadie aspira a sucederlo? ¿Nadie se cree con las aptitudes necesarias para sobrellevar la labor?
Se sabe que, hasta en los pasillos mismos de la AFA, con menguadas voces, se apoda a Don Julio Grondona como el “Padrino”. Para la inmensa cantidad de espectadores de la película de Francis Ford Coppola y para los muchos lectores del libro de Mario Puzo, el apodo y las cualidades inherentes a este sobrenombre son reconocidos instantáneamente. ¿Será esta la verdadera razón de su dilatado mandato? ¿O sólo son conjeturas y todo se debe a su inigualable e insospechada capacidad?
Un recorrido por la historia
La Asociación del Fútbol Argentino fue fundada el 21 de febrero de 1893, siendo la primera entidad de fútbol de Latinoamérica. Asimismo, es actualmente la más poderosa del continente americano y una de las más fuertes del mundo.
Este logro siempre fue atribuido a Julio Grondona, ya que a pesar de que el primer título mundial fue alcanzado un año antes de su asunción, de la mano del anterior presidente Alfredo Cantilo, la Copa lograda en 1978 fue salpicada de suspicacias por las presuntas artimañas del Gobierno de la dictadura militar que regía en el país para lograr el título (entre ellas el tan polémico partido que la Argentina le ganó 6 a 0 a Perú). Por otro lado, críticos menos desconfiados, desprestigiaron el campeonato obtenido aludiendo a la localía y sus consecuentes ventajas.
Lo cierto es que la Copa del Mundo ganada en 1986, de la mano del gran Diego Maradona, catapultó al fútbol argentino a la gloria mundial, ya que el título fue logrado en tierras extranjeras y también porque precisamente Maradona fue considerado el mejor jugador del mundo. De esta manera, la Selección Nacional se equiparó a los países más poderosos en este deporte. Obviamente, Grondona alcanzó también una gran notoriedad y se lo consideró el mejor dirigente en la historia de la AFA. Pero este no fue el único ni el más importante reconocimiento: como premio a su compromiso con el fútbol de su país y del mundo, en 1988 fue nombrado vicepresidente de la Confederación Sudamericana de Fútbol (CONMEBOL) y también como vicepresidente de la Federación Internacional de Fútbol Asociado (FIFA), dejando su anterior cargo como miembro de la Comisión Técnica.
Antes de su admirable graduación, Julio Grondona se había adjudicado la presidencia de la AFA en 1979, luego de ser el fundador (junto a familiares) y presidente del Arsenal Fútbol Club de Sarandí, y de ser asimismo presidente de Independiente, cargo que entre 1979 y 1981 conllevó con la presidencia de la AFA.
Ni siquiera él hubiese imaginado por aquellos años de festejos futboleros y pavores políticos, que se conservaría tanto tiempo como presidente de la AFA. Pero con firmeza, Grondona consiguió batir el récord de Raúl Colombo, el presidente que más tiempo se había mantenido como cabeza de la AFA (8 años, entre 1956 y 1964) hasta la asunción de Don Julio.
Entre incondicionales, temerosos y detractores
Los 28 años que Grondona lleva al mando del fútbol argentino, sumado a los cuatro que están por venir, hacen pensar que seguirá en el poder hasta su muerte. Sin embargo, en estos últimos años el jefe de la AFA halló en su camino una piedra bastante pesada: el ahora ex vicepresidente de Vélez, Raúl Gámez. La vida política de Gámez en el club de Liniers fue realmente exitosa, pues estabilizó económicamente a la institución y obtuvo títulos deportivos. Pero este hombre, que presenta un pasado como barra del club, no se limitó a esa función, sino que lentamente inició un camino de lucha política para acceder al lugar que desde hace tanto ostenta Grondona, a pesar de que él mismo insista en que sólo quiere cambiar el sistema. La reciente reelección de su enemigo político significó un duro golpe para Gámez. Inmediatamente decidió renunciar a la vicepresidencia de Vélez, y al preguntársele el porqué de tan drástica decisión, dijo: “Con esta reelección, dejo la vicepresidencia de Vélez para no involucrar al club en una discusión que tengo y voy a mantener con Grondona y con el sistema de la AFA, que es mafioso”.
¿Hay mafia en la AFA? Los dichos de Gámez no dejan lugar a dudas sobre su opinión, pero lo importante es saber qué opinan otros dirigentes del fútbol argentino. Lo que resulta al menos llamativo es que, con la única excepción de Gámez, ningún dirigente pretenda llegar al sillón presidencial.
Fernando Raffaini es el representante de Vélez en la AFA, él nos dijo que “el día de la 115º Asamblea, en la que Grondona fue reelegido, levanté la voz para cuestionar ciertas actitudes y disposiciones de la AFA, pero hubo quienes me silbaban y decían que dejara de preguntar. Pero después, otros dirigentes me dijeron que ellos querían que siga hablando”. Esta aseveración nos da la pauta de que los votos a favor de su reelección no coinciden con el pensamiento de varios directivos de segunda línea. Estas mismas fuentes aseveran a coro que los clubes no contradicen públicamente a Grondona por miedo a ser víctimas de represalias.
A raíz de esta declaración, este medio consultó a directivos de otros clubes para saber si este temor era real. En Argentinos Juniors, Adrián Miguez, vocal y candidato a Secretario General del Gobierno de Luis Segura., ante la pregunta de si Grondona era votado por que era el más capaz para ejercer el cargo, afirmó: “Mirá, de las puertas para afuera de la AFA, el 80 o 90 por ciento opina que no es el mejor, pero de las puertas para adentro, todos lo votan”. Sin embargo, luego aseveró que “la democracia en la AFA existe, por que presidente podés ser vos, yo, cualquiera que se presente”. Inmediatamente le pregunté por qué, si esto es así, nadie se presenta como candidato. Miguez respondió: “El fútbol tiene un mito. Alguien dice ′a este no lo quiero más, pero ¿y si me manda al descenso? No, ¿vos sos boludo? (sic) Dejalo a Grondona, si yo lo que quiero es no irme a la B ′. Este es el mito, pero los árbitros se equivocan porque son malos. Siempre viene uno que te dice que si le das tanto, el árbitro te favorece. Si se da la casualidad, el mito se alimenta. Y por ahí, el árbitro nunca se entera de nada. Pero hay gente que juega a la lotería con estas cosas”.
La quita de puntos a los clubes mermó considerablemente en los últimos años, ya que Grondona prefiere que “los partidos se ganen en la cancha”. Sin embargo, en la temporada 88/89, Racing se encontraba en la cima de la tabla de posiciones y se enfrentaba a Boca, en el Cilindro de Avellaneda. Una bomba cayó al campo de juego y dejó inconsciente a Navarro Montoya, arquero xeneize. De Stefano, presidente de la entidad académica, mantenía disputas por los ingresos de los clubes con Grondona. Como consecuencia, la sanción a Racing pareció extremadamente severa: le dieron por perdido el partido, le descontaron 5 puntos y le suspendieron la cancha por 3 partidos. ¿Quién fue el campeón? Independiente, club del que Grondona fue presidente y simpatizante.
La sanción a Racing marcó un antes y un después en el fútbol argentino, ya que el artículo 152 del Reglamento General de AFA fue modificado luego de dicha pena: ya no se daría por ganado un partido fuera de la cancha. Sin embargo, la severidad del castigo dejó instalado el temor a una discrepancia con Don Julio. Con De Stefano también como presidente, se dio la misma situación con el arquero Angel Comizzo, aunque en esta ocasión no se le dio el partido ganado a River.
En San Lorenzo, Miguel Matas, vocal titular de comisión directiva, cuando fue consultado sobre si el apoyo a Grondona fue una decisión exclusiva del Rafael Savino, (presidente del club de Boedo y que ascendió a Secretario General en la AFA) aseveró: “el voto a favor fue por decisión institucional, no por una decisión unipersonal de Savino”. Sin embargo, Matas confiesa que a la hora del sufragio hay una presión implícita, pero ésta no atañe a lo deportivo: “Yo pienso que la mayor presión que se ejerce es financiera. Desde el espacio deportivo la cosa no es tan lineal, de hecho clubes de principales aliados a Grondona, como Quilmes y El Porvenir, han descendido”. Por último, le pregunté si en definitiva creía él que había democracia en la AFA, a lo que respondió: “Desde lo formal, se cumplen todos los pasos democráticos. Cada club, sin importar su envergadura, tiene un voto por igual. Pero en la práctica, ninguna democracia es tal cuando durante tanto tiempo se mantiene un solo poder, sin alternancia de ideas”.
El miedo de los clubes, según Matas, es por la repartición de la plata. El caso de Vélez es significativo: el club de Liniers logró cobrar por derechos de TV el mismo dinero que perciben Racing, Independiente y San Lorenzo. De ahí una explicación a la renuncia de Gámez: si él se queda, Vélez pasa a cobrar al nivel de, por ejemplo, Estudiantes y Gimnasia. Por otro lado, en la última Asamblea (como se señala más arriba) Raffaini pidió explicaciones sobre el balance y el mismo Grondona lo cruzó duramente recordándole que le había prestado plata a Vélez en 2001 (ver La resistencia). La lectura que puede hacerse es ¿cómo me cuestionas si te presté plata? Los representantes de los otros clubes ahí presentes ¿se aventurarían a cuestionarlo, entonces?
No hace mucho, el plantel de Almagro se negó a entrenarse por falta de pago de sueldos. La dirigencia del club acudió a Grondona y éste, con un préstamo, solucionó el conflicto. Esta misma dirigencia, se atrevería a votar en contra de Don Julio? No, seguramente. Grondona tiene los mejores sponsors, mientras los clubes tienen otros de menor relevancia, lo que demuestra la dependencia y el consecuente temor.
La reflexión de Matas es la de muchos. La pregunta, entonces, se reformula sola, ¿porqué esta falta de democracia? Para Ariel Crespo, periodista de Los Secretos del Poder, que fue Secretario del Gobierno de Osvaldo Otero en Racing: “Hay dirigentes que se alían a Grondona por una conveniencia personal y lo votan, poco les importa sus clubes. Tenes el caso de Aguilar, que ahora es el vice de la AFA y recién Grondona lo acaba de nombrar abogado en la FIFA, donde gana 20.000 euros por mes. Pero si te fijas, en River lo quieren matar. A Otero le fue mal en Racing, pero resulta que él mismo preparó el contrato con Blanquiceleste, por ser empleado de Grondona”, cerró. Luego de su declaración, profundizó: “Grondona tiene así un poder enorme, no a nivel nacional, sino mundial. Es el dueño de la FIFA. Si te le plantas, ¿ cuánto durás hasta que te desafilien? ¿Un día, tres horas? Es imposible, imposible bajarlo”.
La conclusión es innegable. Las voces de disconformidad proliferan cuando se está lejos de la calle Viamonte, pero se acallan cerca de ella, por temores a las represalias antes señaladas.
De esta manera, la AFA y Grondona continúan fundidos en un solo ente. La asociación es equivalente al hombre. El poder que Julio Grondona ha conseguido le permite dominar las riendas del fútbol argentino, a pesar de ciertas iniquidades en el sistema. Lo esencial es invisible a los ojos, le dijo el zorro al Principito. Esto, al menos, es lo que parece. Mientas tanto, el anillo de Grondona seguirá golpeando el escritorio presidencial de la AFA.
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