Elecciones estatuyentes en Sociales
Centro de estudiantes paralelo y la lucha por la caja de la facultad
Centro de estudiantes paralelo y la lucha por la caja de la facultad
“La izquierda anda en chancletas”, fue la frase de Néstor Pitrola, del Partido Obrero (PO), cuando le pregunté si el eje de la lucha en la Facultad de Ciencias Sociales de la UBA pasaba por una cuestión monetaria. Para la cúpula del partido que tiene la presidencia del Centro de Estudiantes de Ciencias Sociales (CECSO), los embates de agrupaciones simpatizantes al Gobierno Nacional buscan debilitar el movimiento estudiantil, quebrarlo. Pero no pueden buscar dinero con las iniciativas planteadas. Su respuesta había sido bastante gráfica.
Según fuentes vinculadas a la oposición contra el PO, el superávit que generó la venta de apuntes en 2007 es de 140.000 pesos semestrales, aproximadamente. Parte de esos 280.000 pesos anuales de excedente está destinado a becas de apuntes y el mantenimiento de la estructura, tanto del centro de estudiantes, como de la Secretaría de Apuntes que depende del mismo. Por otra parte, hay estudios que demostraron que el excedente en años anteriores, considerando un ciclo lectivo regular de 8 meses dejó un resto neto de 132.096 peses anuales. Una cifra considerablemente menor. Pero, ambos datos conformaban el primer indicio de que la disputa es por algo más que chancletas.
Sin embargo, actualmente la retórica de los discursos gira en torno a un estatuto que regule la actividad de la gremial estudiantil, que se respete independientemente de la agrupación o frente que obtenga la presidencia por elecciones directas. El tema de la caja de apuntes parecería relegado a un segundo plano. Y lo estará hasta analizar de qué se trata el estatuto, qué consecuencias acarrea y quienes llevan adelante la propuesta.
La Vallese es la agrupación que arenga para regular la actividad del CECSO. Desde 2004, cuando perdió las elecciones para el centro de estudiantes, la entidad se ha autoproclamado como oposición a la conducción por parte del PO, en el frente Oktubre. Ese mismo año, presentó una moción para que se tratara el reglamento. El resultado fue un compromiso para desarrollar el debate en torno al estatuto, votado por unanimidad. No obstante, sólo se celebraron tres reuniones y el tema no avanzó.
Sin poder obtener la mayoría de los votos para hacerse de la presidencia, los integrantes de La Vallese decidieron realizar consultas públicas. Los contenidos de la currícula de las carreras de la facultad, el excedente de la Secretaría de Apuntes y el estatuto para el centro, fueron las propuestas refrendadas. Alrededor de 3000 alumnos contestaron el total de las encuestas. Las conclusiones publicadas fueron: licenciaturas demasiado largas y un centro que se autorregula y maneja mucho dinero. Los objetivos empezaban a definirse y el plan de acción también.
El único sendero posible era el de generar un nuevo espacio para disputarle el poder al PO. De esa manera surgió la idea llevar adelante una elección para formar una comisión estatuyente. El argumento tiene lógica: “Hay partidos sin estado”, sintetizó Soledad Palomino, vocera de La Vallese. Promover reglas claras para la actividad de la herramienta estudiantil más importante y generar un marco legal para su regulación, son propuestas a las que ninguna fracción se opone. El problema surge por el camino planteado y la consecuencia directa que devendrá: el surgimiento de un CECSO paralelo. Un objetivo contemplado, tal como lo aclaró Palomino. Y buscado, por como enfatizó con alegría ese punto. La “nueva herramienta gremial” contará con un espacio físico dentro de la facultad e intentará captar el flujo de apuntes que circulan por fuera del centro actualmente.
Desde 1894, cuando se fundó La Línea Recta en la Facultad de Ingeniería de la UBA, el primer centro de estudiantes de Argentina, no se observó una división de estas características en el movimiento. Al promover el desmembramiento del CECSO, se está debilitando como nunca el poder del alumnado. Ese es el argumento principal de los dirigentes del PO, tanto en los pasillos de la facultad, como en su local en Ayacucho 448. Sin embargo es mucho más lo que está en juego. Para develarlo, hay que averiguar quienes integran La Vallese.
De Felipe a Fernández
La agrupación tomó el nombre del primer desaparecido de la juventud argentina. Felipe Vallese tenía 23 años y era delegado metalúrgico. Fue secuestrado y desaparecido el 23 de Agosto de 1962. Los grupos de tareas de la, autodenominada, Revolución Libertadora lo capturaron en la calle Canalejas, cuando intentaba aferrarse a un árbol para evitar que lo llevaran. Luego lo asesinaron.
No es casual ampararse bajo tal nombre, porque justamente a esa época se remonta la estructura en la que está incluida la agrupación. Los resabios de la Guardia de Hierro sustentan, en una de sus puntas, a La Vallese. En 1961, Alejandro el Gallego Álvarez fundó ese movimiento de ultra derecha peronista, que continuó hasta la presidencia de Néstor Kirchner. Y en el mandado de Fernando de la Rúa, varios de los guardianes estuvieron involucrados en escándalos por corrupción. Entre ellos Genaro Cortartese, quien a fines de 1998 fue procesado por el juez Adolfo Bagnasco por el caso IBM –Banco Nación. O Alberto Flamarique, principal operador político de la controvertida reforma laboral, en el Congreso de la Nación.
Hoy, Alejandro Álvarez hijo, el Galleguito, financia la arquitectura de quienes promueven el CECSO paralelo. Según uno de los dirigentes de la juventud del Frente para la Victoria, la Banda del Galleguito costea a La Vallese y, pese a que no tienen una estructura partidaria propia con proyecciones nacionales, cuenta con otras agrupaciones en varias facultades, tanto en Buenos Aires como en otras provincias. La mayoría, integrantes del Frente Universitario de Liberación Nacional (FULNA). Allí se encuentran núcleados, entre otros: El agite, en la facultad de Ciencias Exactas de la UBA, y La Kusch, en Filosofía y Letras.
El pie del FULNA en Sociales mantiene la misma organización de la vieja Guardia de Hierro. Aunque, por la coyuntura política actual, se definen como un movimiento de la izquierda. Pese a que ese último término se circunscriba exclusivamente a la política kirchnerista. Son Nacionalistas antiimperialistas que buscan formar un partido de cuadros con una organización hermética.
Sin embargo, la trama de relaciones de La Vallese no termina ahí. Además del financiamiento de los restos de la Guardia de Hierro, cuentan con el apoyo de la gestión del decano de la Facultad de Ciencias Sociales, Federico Schuster. Así como también de algunos profesores que no coinciden ideológicamente con la conducción del PO.
También están vinculados con Nexo, la asociación del Claustro de Graduados con más consejeros en la dirección de la carrera de Ciencias de la Comunicación desde hace varios años. (ver: “Fueron rompiendo…”). Muchos de sus integrantes ostentan cargos en el Ministerio de Educación.
Esa misma agrupación está vinculada a Gonzalo Arias, el operador político de Alberto Fernández en la carrera de Sociología de la misma facultad. Arias fue quien intentó llevar a cabo prácticas propias de punteros políticos, en las elecciones pasadas, para promover el desplazamiento de Lucas Rubinich –uno de los perfilados a quedarse con el Decanato de Ciencias Sociales- como director de Sociología, a favor de Daniel Feierstein, el candidato oficialista, aunque sin resultados favorables.
La representación de los números
El mecanismo que ha llevado adelante La Vallese para sustentar la legitimidad de sus propuestas, por fuera del centro de estudiantes, han consistido en la elaboración y publicación de encuestas. Según los datos brindados por esa asociación, 2157 estudiantes de todas las carreras de la Facultad de Ciencias Sociales manifestaron su interés por la creación de un estatuto. Contrastaron esos números con los votos obtenidos por el frente Oktubre en las elecciones de 2006, dónde los kirchneristas no participaron.
La voz disidente se valió del porcentaje mayoritario (los 1114 con los que ganó Oktubre) para verse favorecido en la comparación, no del total de votos de la elección ni del número completo de estudiantes de la facultad. Los 2157 consultados por si consideraban correcto un estatuto independientemente de la agrupación, representan el 51.2 % de los 4228 que votaron en una elección optativa por una agrupación en particular. Y si consideramos a los 26.000 estudiantes de la facultad, el porcentaje representativo es mucho menor.
Después del sufragio de este año, en los que se impuso Oktubre nuevamente, se realizaron otros por fuera de la gremial estudiantil y, en principio, también independientemente de la gestión de la facultad. Se presentaron las listas para la conformar la comisión encargada de elaborar el estatuto y darle cauce a las 2157 voces que se interesaron en el asunto.
Alternativa Académica, Miguel Strogoff, La Puiggros, Lista Independiente de Sociales (LIS), Salvador Allende, Acción Universitaria- PSODE y La Vallese fueron quienes presentaron listas para llevar a cabo la estatuyente. Estos últimos contarán con 17 delegados para tal fin. Son 12 más que La Puiggrós, segunda fuerza de esa elección.
“Todos los centros tienen un estatuto y personería jurídica”, exclamó Soledad Palomino, de La Vallese. También dejó en claro que no buscan limitar el poder del CECSO, sino controlar la gestión. Eso es lo que buscan con la formación de la estatuyente. Pero también acarrea algunas consideraciones que no deben pasarse por alto.
Los problemas del estatuto, el PO responde
La postura desde el PO en la presidencia del centro de estudiantes es simplemente de repudio. Los voceros de Oktubre aclararon que no están en contra de un estatuto que regule la actividad de la gremial estudiantil. Pero las prácticas llevadas adelante buscan meter al gobierno en la facultad. Consideran que al canalizar la iniciativa por fuera del CECSO, lo que busca La Vallese es debilitar la herramienta gremial de los alumnos y formar un centro paralelo. Este último punto confirmado por la vocera de la agrupación rival.
En un boletín firmado por Oktubre, El Viejo Topo, Dale!, Prisma, Contra Hegemonía, Jóvenes por la Igualdad (ARI), Estudiantes Humanistas y el frente Juntos por Sociales (kirchneristas), manifestaron su repudio a los comicios de la estatuyente. Y desmintieron que hayan participado 1020 personas, bajando el número a 300.
Además de la creación de una gremial disidente, darle personería jurídica a la gremial involucraría otros costos. El gobierno nacional, a través de la Administración Federal de Ingresos Públicos (AFIP) y la Inspección General de Justicia (IGJ) aumentaría los aparatos de control sobre el centro.
El fantasma de Franja Morada
No es la primera vez que la caja de los centros de estudiantes de la UBA está en el ojo de la tormenta. El la década del 90, con la hegemonía de la Juventud Radical en las gremiales, estalló el escándalo por desviación de fondos a punteros políticos.
En esa época no se hablaba de una caja chica, para referirse a las sumas de dinero de los fondos estudiantiles. Pero el aparato creado por Franja Morada desde el gobierno de Raúl Alfonsín, es el fantasma que asecha a las agrupaciones y funciona como trasfondo de las disputas de poder y los fondos que manejan las organizaciones de estudiantes.
Conseguir que una organización tenga el gobierno de las facultades, controlen las dependencias, recaude y reparta para los punteros políticos, es adecuar el modelo de Franja a la actualidad y lo que buscan varias agrupaciones. Esa fue la síntesis de Guillermo de Carli, titular de Taller II de la Facultad de Ciencias Sociales y uno de los docentes disidentes a la actual gestión, junto a Carlos Savransky y Carlos Mangone.
Los partidos de la izquierda argentina presiden la Federación Universitaria de Buenos Aires (FUBA) y algunos de los centros de estudiantes, como el de Ciencias Sociales. En esos espacios, el kirchnerismo no pudo consolidarse para ocupar el lugar de Franja Morada.
Si la izquierda anda en chancletas, el entramado de relaciones políticas detrás de la disputa por la caja del CECSO, da a entender que el gobierno quiere usarlas y teñirlas de morado.
Los graduados y su apoyo al gobierno
“Fueron rompiendo su relación con la izquierda”
La lucha de poder y fondos que se está librando en la Facultad de Ciencias Sociales, tiene varios frentes. Uno está liderado por La Vallese y su intento de crear un centro de estudiantes paralelo. El otro se libra en el claustro de graduados.
Nexo es agrupación de egresados análoga a la primera. Desde hace diez años controla la dirección de Ciencias de la Comunicación. Y en las últimas elecciones se llevó el 73.5 % y pudo colocar 5 consejeros. También resultó determinante, con sus votos, para elevar a Alejandro Kaufman como director de la carrera. Ello en detrimento de Carlos Mangone, el candidato de los, propuesto por el Partido Obrero, quien obtuvo 2258 votos, pero no pudo competir contra los 327 de graduados y 54 de profesores que porcentualmente consagraron a Kaufman.
Carlos Savransky también participó como candidato a director de la carrera. Aunque originalmente estaba aliado con Mangone para representar la voz disidente en el Consejo Superior. Él fue el encargado de explicar la relación de Nexo, La Vallese y el kirchnerismo.
-¿Nexo es oficialista?
Ahora sí. Ellos se formaron como agrupación de graduados para disputarle el poder a Franja Morada. En esa época y durante los primeros 6 años tenían postura contra la burocracia de la facultad que reivindicaba las posiciones en contra de esa conducción hermética. Pero después cambió y actualmente, pese a no declararse oficialmente kirchneristas, llevan adelante políticas acorde a las del gobierno nacional.
-¿A qué se debe ese cambio?
Cuando eran oposición, estaba Carlos Menem como presidente. Pero las políticas de los derechos humanos impulsadas por (Néstor) Kirchner y su gobierno fueron seduciendo a los integrantes de Nexo. También eso influyó mucho a gente que provenía de la JP (Juventud Peronista) y afines a los ex montoneros. Pasó lo mismo que con el movimiento piquetero. Con Menem y (Eduardo) Duhalde ellos intentaban oponerse al gobierno, pero después fueron apoyando progresivamente a Kirchner. Luis D´Elia es el ejemplo más claro. Convirtió a su movimiento en un espacio de apoyo al gobierno y terminó como funcionario público. Rompió con los sectores que articulaba. Esa división de aguas dentro de los movimientos piqueteros explica, también, a lo que pasa en los estudiantiles.
-¿Cuál es la relación que tiene Nexo con La Vallese?
Cuando estaba el MRS (Movimiento de Renovación de Sociales) en la conducción del centro, tenían el respaldo del Nexo. Pero desde hace 4 años fueron rompiendo su relación con la izquierda, en coincidencia con su acercamiento a política gubernamental. A partir de entonces comenzó a articularse con La Vallese, aunque ellos no pueden lograr hegemonía en el centro de estudiantes. Y están llevando adelante la estatuyente por fuera del centro.
En la conducción de La Vallese
Paranoia setentista
La red de correspondencias políticas que envuelve a La Vallese, se remonta 46 años atrás, cuando surgió Guardia de Hierro. El financiamiento por parte de la banda del Galleguito (ver: Centro de estudiantes…), anclan a la agrupación kirchnerista a manejos superiores y brindan la estructura cerrada, heredada de la vieja guardia. Es un partido de cuadros. Buscan militantes formados basados en el nacionalismo antiimperialista, aunque en su versión aggiornada: tecnócratas del Estado.
Paranoia setentista
La red de correspondencias políticas que envuelve a La Vallese, se remonta 46 años atrás, cuando surgió Guardia de Hierro. El financiamiento por parte de la banda del Galleguito (ver: Centro de estudiantes…), anclan a la agrupación kirchnerista a manejos superiores y brindan la estructura cerrada, heredada de la vieja guardia. Es un partido de cuadros. Buscan militantes formados basados en el nacionalismo antiimperialista, aunque en su versión aggiornada: tecnócratas del Estado.
Sin embargo, la Guardia de Hierro les legó algo más que su fisonomía. Eso se puede observar en el comportamiento y las actitudes de sus conductores. Alejandro Álvarez y Fabio Bellomo manejaban el grupo de derecha peronista. La cabeza de La Vallese también es bífida y esos lugares están a cargo de Christian Bay y Facundo.
No se los ve por la facultad, aunque uno ya se recibió y otro está a punto de hacerlo. Únicamente asisten a la casa de estudios para cerrar acuerdos puntuales. Y una reunión con ellos nos remite a los años setenta, cuando los servicios de inteligencia controlaban determinado tipo de reuniones. Si la cita es en un bar, una vez apostado allí esperando, alguien de la agrupación vendrá a avisarnos en secreto que se cambió el lugar de encuentro por medidas de seguridad. Algo que a muchos militantes de otras agrupaciones les cuesta comprender porque, si bien reconocen que las tareas de inteligencia, las prevenciones les resultan excesivas para estos tiempos.
Se manejan en círculos de personas confiables y de allí proviene el doble discurso que profesan. Uno puertas afuera, para los estudiantes en general. Es el que circula a través de sus folletos y el que dan a la prensa. El otro es íntimo, para los cuadros.
Llegar a ellos es complicado, sobre todo si se va a hacer muchas preguntas. Por eso mismo un dirigente kirchnerista desprendido de La Venceremos, aclaró off the record: “Te puedo arreglar una reunión, pero si empezás a preguntar me van a venir a cuestionar a mí de dónde saliste. Y si llegás a ellos, no me nombres porque me vas a meter en un quilombo”.
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